LA SABIDURÍA PROFUNDA DE NUESTRO C I C L O

MENSTRUAR CONSCIENTEMENTE COMO REIVINDICACIÓN FEMINISTA, SOCIAL, ECOLÓGICA Y ESPIRITUAL

La menstruación consciente tiene el poder de transformar nuestras vidas. Es el camino del autodescubrimiento, hacia nuestra sabiduría femenina.

8/30/2022

Como mujer menstruante, he aprendido a conectar con el gran poder que reside en nuestra naturaleza cíclica. Desde mi primer sangrado, nunca contemplé mi menstruación como algo más allá de su función biológica. Además, especialmente durante la adolescencia, la veía como algo que tratar con discreción (llevar la compresa escondida de la vista de mis compañeros al ir al baño) y que estaba asociado a malestar, dolor e incomodidad.

Con el paso del tiempo, he aprendido a escuchar a mi cuerpo. A observar sus cambios a nivel energético, emocional, mental y físico con el transcurso de los días, mes a mes. A comprender por qué en cierto momento puedo crear y conectar con una parte más profunda de mí con facilidad, o en otras tengo mucha energía y ganas de socializar... y entonces he ido reconociendo estos cambios en cada uno de mis ciclos como algo que me da poder, algo que me beneficia, si me muevo al compás. Una forma de conectar con una sabiduría poderosa y ancestral.

La menstruación es un tiempo para el descanso, para ir hacia dentro. Es un periodo sagrado, de sabiduría profunda y muy poderoso, marca el final y el principio de un ciclo. El ciclo que permite la vida, el que nos ha traído a cada uno aquí. Esta naturaleza cíclica nos abre un portal de contacto con nuestra guía interna, de reflexión e información muy valiosa. Podemos establecer este vínculo con nuestro ciclo honrando las necesidades de nuestro cuerpo, agudizando la escucha y dándole lo que necesite.

La estructura y mentalidad capitalista de nuestra sociedad nos pide estar a pleno rendimiento, trabajando y produciendo cada día. Además nos regimos por un ritmo y ciclo principalmente masculino. En este, las hormonas se producen por la noche durante el sueño y están al máximo por la mañana. Ciclos circadianos de 24h, guiados por el Sol. Hormonalmente hablando, su nivel de energía suele ser similar diariamente. El ciclo femenino es de 28 días con sutiles cambios hormonales cada día (con lo que ello conlleva a muchos niveles), regidos por la Luna. Nuestras necesidades y capacidades no son las mismas en el día 14 que en el 27, aunque normalmente no tengamos la posibilidad de honrar y funcionar en torno a estos cambios.

La energía de la menstruación nos pide parar (el nivel de nuestras hormonas baja, tenemos menos energía, los sentidos más alerta) y podemos estar presentes en nuestro cuerpo, conectando con nuestra sabiduría profunda. El hemisferio izquierdo y derecho del cerebro están más en sintonía. Podemos encontrar más claridad en nuestra vida, si nos damos el espacio.

Este tiempo de descanso y reflexión nos permite ser más productivas y creativas más adelante en nuestro ciclo. Nos recuerda que somos cíclicas, y solo honrando estos tiempos podremos vivir a un ritmo sostenible y equilibrado. Un árbol no está dando frutos el año entero, como tampoco está floreciendo los doce meses del año. Con el cambio de las estaciones, día a día va adaptándose al entorno, y cambia con él. Solo tras el descanso del invierno, puede volver a florecer la primavera, y dar frutos el verano. Naturaleza cíclica. Sostenibilidad y equilibrio.

Hoy, ahora que ha comenzado mi ciclo, he estado todo el día dedicándome a descansar, a retirarme, a escucharme. A darme este espacio de silencio, calma e introspección: he podido estar así porque es domingo y no tengo, por ejemplo, hijos ni hijas a quien cuidar. En un mundo que vive adorando el consumismo, los bienes materiales y el "ir hacia fuera", dedicarse este tiempo de silencio, quietud e introspección es tanto un acto imposible como de rebeldía. Acabamos alejándonos de nuestros ritmos naturales e intuitivos, de nuestro poder, para encajar en unos estándares imposibles. Saliendo al mundo cada día como si siempre tuviéramos el mismo nivel de energía. Muchas veces el principio del ciclo viene acompañado de dolor, tensión, agotamiento, frustración... habitualmente es una forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos que este ritmo no es sostenible ni respetuoso con nuestras necesidades.

La menstruación consciente nos permite honrar nuestras necesidades, conocernos y conocer el mundo. Al observar nuestros ciclos y cambios, aprendemos a hacer lo mismo con las personas que nos rodean. Con todos los seres que viven a nuestro alrededor. No podemos comer tomates todo el año, ni comer frutas tropicales en España, si queremos vivir en un mundo sostenible, respetuoso y saludable. Escuchándonos profundamente nos damos la oportunidad de honrarnos y respetarnos. Y abrimos la puerta a hacer lo mismo con los demás, con la Naturaleza, con el mundo entero.

La menstruación consciente tiene el poder de transformar nuestras vidas. Es el camino del autodescubrimiento, hacia nuestra sabiduría femenina. Menstruar conscientemente como reivindicación feminista, social, ecológica, espiritual...